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Todo empezó en las ciudades de Hamamatsu y Utsunomiya. La historia cuenta que, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, los soldados japoneses que regresaban de China recrearon los raviolis que tanto les habían gustado allí. Pero justo después de la guerra, hubo una gran escasez de... ¡cacerolas! Así que, en lugar de cocinar los raviolis en una sartén con agua hirviendo, los soldados optaron por freírlos en una plancha curva. Así es como los raviolis chinos se convirtieron en las gyozas japonesas. Como la mayoría de estos soldados pertenecían a los regimientos de Utsunomiya y Hamamatsu, estas dos ciudades se convirtieron naturalmente en la cuna de las gyozas.
Si le gustan las gyozas, aquí tiene dos nombres para recordar: Utsunomiya y Hamamatsu.
Todos los años compiten para ver qué ciudad come más gyozas. Este ranking es tomado muy en serio por las autoridades japonesas, que creen que el consumo de gyozas refleja la salud económica de los hogares nipones.
Entre 2018 y 2021, la oficina de estadística japonesa estableció que la pequeña ciudad de Utsunomiya, al norte de Tokio, era la primera del país en consumo de gyoza. Hay quien dice que Utsunomiya tiene más de 200 restaurantes de gyoza para una población de ¡516.000 habitantes!
Aunque a menudo se considera el mejor amigo del ramen, el gyoza se considera un plato único.
Se puede comprar en todas partes: para llevar en restaurantes y puestos callejeros, lista para comer en supermercados, fresca en charcuterías y... ¡en máquinas expendedoras!
Las gyozas son platos populares a precios asequibles. Por término medio, hay que pagar 3 euros por un plato de seis gyozas o 10 euros por un plato de veinte. Populares entre niños y adultos, es casi imposible resistirse al delicioso olor de una gyoza a la parrilla.
La gyoza se compone principalmente de carne picada de cerdo y verduras, pero, por supuesto, cada restaurante intenta elaborar su propia receta para diferenciarse de los demás, por lo que hay cientos de gyozas diferentes.
Podemos identificar dos estilos de gyoza. La Utsunomiya es la más consumida. Se elabora con productos locales como Hakusai (col china) y Nira (hojas chinas) y puede comerse individualmente.
El hamamatsu se cocina de una forma muy especial. El fondo de una sartén se cubre con gyozas apretadas, dispuestas en círculo. El plato se sirve boca abajo, como una tarta tatin. El lado crujiente y asado de la gyoza queda arriba.
El hamamatsu se cocina de una forma muy especial. El fondo de una sartén se cubre con gyozas apretadas, dispuestas en círculo. El plato se sirve boca abajo, como una tarta tatin. El lado crujiente y asado de la gyoza queda arriba.
Tradicionalmente, los restaurantes de gyozas sirven aceite de guindilla (Ra-yu), vinagre y salsa de soja. Dependiendo de tus gustos, puedes mezclar estos tres ingredientes para hacer tu propia salsa.
Sin embargo, al igual que las recetas de gyozas, las salsas han cambiado y evolucionado con el tiempo. Los restaurantes han creado sus propias salsas para acompañar sus propias recetas de gyoza.
Así que cuando esté en Japón, no dude en hacer una parada en Hamamatsu o Utsunomiya para probar todas las gyozas que pueda.
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